A) LA VIDA QUÍMICA DEL HOGAR Y LA VIDA DIARIA.
La industria química, fabricando productos de limpieza, productos para el aseo personal y el cuidado de los niños, materiales para la construcción de aparatos electrónicos y permitiendo la óptima conservación de los alimentos, ha contribuido a facilitar las tareas del hogar.
La química está presente en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana. Por ejemplo podemos encontrar:
o En la cocina, utensilios recubiertos de plástico a los que los alimentos no se adhieren, alimentos preparados contra el efecto de los hongos y bacterias…
o En la sala de estar, la televisión, el DVD, el equipo de música…
En todas las habitaciones hay elementos derivados de productos químicos. La química nos viste para cada ocasión y nos ayuda a obtener mayor rendimiento en el empleo de los alimentos, permitiendo su conservación y transporte, preservando sus propiedades y alargándoles la vida.
Por último, debemos tener en cuenta también la enorme importancia que tienen los envases fabricados con productos químicos.
Cada producto necesita unas determinadas condiciones para su conservación, por lo que las propiedades de barrera de cada recipiente han de ser seleccionadas adecuadamente. Por ejemplo:
o Los productos deshidratados deben ser protegidos de la humedad durante su almacenamiento.
o Los alimentos grasos deben ser protegidos del aire para reducir su oxidación.
B) PROBLEMAS GENERADOS POR LA INDUSTRIA QUÍMICA.
A pesar de mejorar nuestra vida, la industria química se enfrenta a importantes problemas a la hora de eliminar los residuos generados en la fabricación de productos presentes en nuestro día a día. También puede ocurrir que se produzcan vertidos incontrolados.
Uno de los grandes problemas es la contaminación de las aguas por metales pesados, plomo, arsénico… que provocan un efecto en cadena, ya que se contamina la flora de los alrededores, y por consiguiente, la fauna, llegando hasta el ser humano, siendo por lo tanto un riesgo para la salud pública.
Otro de los inconvenientes de las industrias químicas es la emisión de gases a la atmósfera, como el sulfuro de hidrógeno o los gases de efecto invernadero (metano, dióxido de carbono…) y los gases que destruyen la capa de ozono, como los CFCs (clorofluorocarbonatos) presentes en electrodomésticos como neveras, arcones… Si la emisión de estos gases no es controlada, en poco tiempo la vida en La Tierra no será posible, ya que la atmósfera, y en concreto la capa de ozono, es fundamental para la existencia de la vida.
Pero el problema más importante se produce a la hora de eliminar residuos radiactivos, puesto que no pueden reciclarse (como el plástico por ejemplo) ni reutilizarse, y su vida media en muchos casos supera el centenar de años, por lo que son enterrados en zonas alejadas de la población y bajo diversas capas de hormigón y otros materiales que sirven de aislantes para evitar que se produzcan fugas, ya que eso sería un peligro para la vida en general.
En España existe una empresa llamada ENRESA (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos) encargada de la gestión de los residuos radiactivos, de su enterramiento en cementerios y del desmantelamiento de las instalaciones nucleares.
C) LA QUÍMICA, LA SEGURIDAD Y EL MEDIO AMBIENTE.
La industria química es el sector más comprometido y preocupado con la protección del medio ambiente. De todas las inversiones y gastos que a este fin se dedican en España, las empresas químicas aglutinan el 22% del total.
Este grado de concienciación por parte de las empresas se refleja en que es el único sector que dispone de un programa voluntario a escala mundial cuyo objetivo es la mejora continua de la seguridad y la protección del medio ambiente en el desarrollo de sus actividades industriales. Este programa, llamado internacionalmente Responsible Care y denominado en España Compromiso de Progreso, se aplica actualmente en 52 países de todos los continentes.
Los avances experimentados desde la implantación de esta iniciativa han permitido al sector constituirse en uno de los grandes impulsores del desarrollo sostenible, reconocimiento que la ONU realizó de forma explícita durante la celebración de la Cumbre de la Tierra en Johannesburgo en 2002.